Vino de ajenjo:
300 g de hojas secas de ajenjo
1 l de vino blanco
1 vaso de aguardiente
Ponemos las hojas de ajenjo a macerar en el aguardiente durante 24 horas, posteriormente añadimos el vino blanco y lo dejamos reposar 10 días, luego filtramos el líquido.
El vino obtenido tiene las propiedades de antihelmíntico, aperitivo, digestivo, diurético, facilita las secreciones gástricas, antipiréticas y tónicas.
Recomendado para albuminuria, amenorrea, hidropesía, parásitos intestinales y trastornos digestivos.
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Vino de alcachofa:
Cortamos en trozos las hojas y los tallos. Cubrimos con el vino blanco y dejar en reposo durante 15 días, filtramos luego.
Obtenemos un vino depurativo, diurético y antipirético, y está recomendado para la arteriosclerosis, colesterol, cirrosis, ictericia, insuficiencia hepática y nefritis.
Vino de albahaca:
40 g de hojas frescas de albahaca
1 l de vino tinto
Dejamos las hojas de albahaca en maceración en el vino durante 24 horas y filtrar, podemos añadir un vaso de aguardiente para una mejor conservación.
El vino tiene las propiedades de ser antiespasmódico, calmante, carminativo y estomacal, recomendándose su uso para los estreñimientos, dolores de estomago, gastritis, insomnio y nerviosismo.
Vino de manzanilla:
20 cabezuelas de manzanilla romana
1 l de vino blanco
1 vaso de aguardiente
150 g de azúcar moreno
1 mondadura de naranja
Dejamos macerando todos los ingredientes durante 36 horas, luego filtramos y guardamos en botellas.
Estimula el apetito y combate la pereza estomacal y la hinchazón de vientre, posee una acción antálgica, antiespasmódica, colagoga, desinfectante, estimulante y tónica. El vino es recomendado para combatir la aerofagia, hinchazón de vientre, cólicos, dolores de estomago, insomnio, insuficiencia biliar, falta de apetito y menstruaciones dolorosas.
Vino de canela:
Dejamos macerando el vino durante una semana y luego filtramos.
El vino que tenemos tiene propiedades afrodisíacas, carminativo, digestivo, tónico y vermífugo. Recomendado para la astenia, impotencia, infecciones intestinales y espasmos digestivos.
Vino de cereza:
1 l de vino blanco
400 g de cerezas
Se deja macerar durante 8 días las cerezas con los huesos machacados, luego filtramos y añadimos un poco de aguardiente para que se conserve mejor.
Este vino es antirreumático, depurativo, diurético, laxante, regulador petatito y remineralizante, y es recomendado para la arterosclerosis, litiasis biliar, estreñimiento, desmineralización, fermentación gastrointestinal y urinaria y obesidad.
Vino de cáscara de huevo:
15 cáscaras de huevo (bien limpias)
1 l de vino tinto
1 vaso de aguardiente
Trituramos las cáscaras de huevo y dejamos macerar durante un mes en la mezcla de vino y aguardiente, luego filtramos.
Obtenemos un vino remineralizante recomendado para la desmineralización, y la incontinencia urinaria.
300 g de hojas secas de ajenjo
1 l de vino blanco
1 vaso de aguardiente
Ponemos las hojas de ajenjo a macerar en el aguardiente durante 24 horas, posteriormente añadimos el vino blanco y lo dejamos reposar 10 días, luego filtramos el líquido.
El vino obtenido tiene las propiedades de antihelmíntico, aperitivo, digestivo, diurético, facilita las secreciones gástricas, antipiréticas y tónicas.
Recomendado para albuminuria, amenorrea, hidropesía, parásitos intestinales y trastornos digestivos.
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Vino de alcachofa:
200 g de hojas y tallos de alcachofa
1 l de vino blancoCortamos en trozos las hojas y los tallos. Cubrimos con el vino blanco y dejar en reposo durante 15 días, filtramos luego.
Obtenemos un vino depurativo, diurético y antipirético, y está recomendado para la arteriosclerosis, colesterol, cirrosis, ictericia, insuficiencia hepática y nefritis.
Vino de albahaca:
40 g de hojas frescas de albahaca
1 l de vino tinto
Dejamos las hojas de albahaca en maceración en el vino durante 24 horas y filtrar, podemos añadir un vaso de aguardiente para una mejor conservación.
El vino tiene las propiedades de ser antiespasmódico, calmante, carminativo y estomacal, recomendándose su uso para los estreñimientos, dolores de estomago, gastritis, insomnio y nerviosismo.
Vino de manzanilla:
20 cabezuelas de manzanilla romana
1 l de vino blanco
1 vaso de aguardiente
150 g de azúcar moreno
1 mondadura de naranja
Dejamos macerando todos los ingredientes durante 36 horas, luego filtramos y guardamos en botellas.
Estimula el apetito y combate la pereza estomacal y la hinchazón de vientre, posee una acción antálgica, antiespasmódica, colagoga, desinfectante, estimulante y tónica. El vino es recomendado para combatir la aerofagia, hinchazón de vientre, cólicos, dolores de estomago, insomnio, insuficiencia biliar, falta de apetito y menstruaciones dolorosas.
Vino de canela:
Dejamos macerando el vino durante una semana y luego filtramos.
El vino que tenemos tiene propiedades afrodisíacas, carminativo, digestivo, tónico y vermífugo. Recomendado para la astenia, impotencia, infecciones intestinales y espasmos digestivos.
Vino de cereza:
1 l de vino blanco
400 g de cerezas
Se deja macerar durante 8 días las cerezas con los huesos machacados, luego filtramos y añadimos un poco de aguardiente para que se conserve mejor.
Este vino es antirreumático, depurativo, diurético, laxante, regulador petatito y remineralizante, y es recomendado para la arterosclerosis, litiasis biliar, estreñimiento, desmineralización, fermentación gastrointestinal y urinaria y obesidad.
Vino de cáscara de huevo:
15 cáscaras de huevo (bien limpias)
1 l de vino tinto
1 vaso de aguardiente
Trituramos las cáscaras de huevo y dejamos macerar durante un mes en la mezcla de vino y aguardiente, luego filtramos.
Obtenemos un vino remineralizante recomendado para la desmineralización, y la incontinencia urinaria.
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