Desde nuestro sistema nervioso, la energía del árbol accede a nuestro sistema energético (compuesto por meridianos, nadis, chakras y otros canales) y desde allí llegan a nuestros niveles psíquicos, emocionales y mentales. La frecuencia vibratoria de la esencia floral nos permite tomar conciencia de las emociones malsanas y las creencias negativas que nos desequilibran y nos muestran el camino que nuestra alma necesita seguir para evolucionar. Gracias a ellas desarrollamos una percepción intuitiva mejor, nuestra actitud mental hacia la realidad cambia y nuestras emociones se armonizan. De este modo, permiten que el cuerpo desarrolle las condiciones psíquicas necesarias para desarrollar toda su capacidad autosanadora. Según el gran pionero en las esencias florales, el doctor Edward Bach, la enfermedad no es un castigo sino más bien un aviso. Su finalidad es correctiva ya que nos ayuda a retomar el camino de la naturaleza y el equilibrio que nunca debimos dejar. Las flores en palabras suyas, amplifican nuestra frecuencia vibratoria y nos hacen más receptivos a todo cuanto nos rodea.
lunes, 16 de noviembre de 2009
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